22 de Noviembre: "Santa Cecilia" Patrona de la música
Es tradición que en el mes de Noviembre, el día 22, en gran parte del mundo occidental, se suele celebrar el Día de la Música y de los Músicos, y la Iglesia Católica conmemora la festividad de quien ha sido nombrada Patrona de los Músicos, la joven mártir romana Santa Cecilia, quien supuestamente, vivió durante el siglo III pero cuyos datos sólo se conocen a través de un Acta de Martirio divulgada siglos más tarde, la cual cuenta que esta ilustre y patricia doncella romana, había sido prometida por sus padres a un joven de nombre Valeriano. Cecilia, quien había adoptado la fe cristiana y consagrado su virginidad a Jesucristo, no estuvo muy de acuerdo con la decisión de sus padres pero no quiso oponerse a la voluntad de ellos y finalmente, la boda se celebró bajo las leyes romanas.
Una vez casados, cuenta el Acta que, la Santa le dijo a su esposo: ...Tengo un ángel de Dios que guarda mi virginidad: si te acercas a mí con amor impuro, desenvainará su espada y cortará en flor tu vida; pero si me amas y respetas mi pureza, se hará tu amigo y nos colmará de bienes. Valeriano le contestó: Para creer tus palabras tendría que ver al ángel y ver demostrado que no es otro hombre el que ocupa tu corazón. Cecilia replicó: Para ver al ángel tendrás que creer en un solo Dios y ser purificado por el bautismo. Vete a la Via Appia; verás allí un grupo de mendigos que me conocen, salúdalos en mi nombre, diles que te lleven al buen anciano de nombre Urbano, nuestro obispo, y él te hará conocer a Dios. Una vez estés purificado, vuelve a casa y verás al ángel...Después que Valeriano junto a su hermano Tiburcio y a un servidor llamadoMáximo fueron a ver al obispo Urbano y que éste les bautizara, el esposo volvió a su casa y vio junto a Cecilia al apreciado ángel, el cual les puso a ambos una corona de rosas, presagiando su martirio...
Si tales hechos son o no total o parcialmente ciertos, y coinciden exactamente, en temporalidad con la realidad de las investigaciones históricas, es bastante difícil de comprobar. No obstante, y basados en una revisión ajustada a fechas y datos a los cuales hemos podido acceder, trataremos de presentar una relación de acontecimientos que pueden respondernos mejor la interrogante de ¿Por qué Santa Cecilia es considerada patrona de la Música y de los Músicos?.
El nombre de Cecilia, o mejor dicho Cæcilia en latín, deriva del gentilicio de Appius Claudius (c.340-273 a.C) llamado honoríficamente Cæcus, en español el Ciego; político romano y fundador de la familia Gens Cæcilia.
Por las investigaciones históricas sabemos que Appius Claudius, quien había sidoCensor, o sea Magistrado, en el 312 a.C; dedicó sus mejores esfuerzos a luchar por los más pobres y por la libertad de los esclavos. Luego, como Senador, votó siempre por extender losprivilegios de ciudadanía a los habitantes del campo (campesinos) de las tribus rurales que no poseían tierras propias. Promovió el establecimiento de Colonias romanas en el Lacio y la Campaniapara que sirvieran de fortificaciones en las guerras contra los samnios y etruscos. Como Censor, hizo construir también, la Vía Appia, que conectó a Roma con Capua; así mismo, ordenó la construcción del primer acueducto romano, la famosa Acqua Appia. Hizo publicar por primera vez, la lista de Procedimientos Legales y el Calendario Oficial cuyos conocimientos, hasta esa época estaban reservados a los pontífices, sacerdotes, vestales y harúspices del culto imperial a Júpiter(Zeus), Juno (Hera) y Minerva (Atenea, Palas).
Appius Claudius se ocupó de desarrollar la literatura y la retórica e instituyó las reformas de la ortografía latina. Prestó servicios como Cónsul en dos oportunidades y llegó a ser nombradoDictador. En el 280 a.C., después de haber perdido la vista salvando de la destrucción a la estatua de la diosa Minerva, cuando se incendió su templo, pronunció su célebre Discurso contra Cineas(¿?-c.277 a.C) quien era el más hábil orador, consejero y ministro del rey de Epiro, Pirro. En dicho discurso, el cual se conserva en latín, Appius Claudius hizo famosa la frase: ...Roma, jamás será vencida; y originó el célebre dicho: ...Cada hombre es dueño de su propio destino...
Como podemos ver, Appius Claudius signó a su descendencia con características de servicio a los pobres y desposeídos, preocupación por los demás, consecuencia con los principios rectores de vida, arrojo y valentía. Fue en esta familia donde supuestamente, nació y crecióCæcilia, la joven patricia romana que hoy conocemos como Santa Cecilia.
En nuestras investigaciones no hemos encontrado unidad de criterio ni absoluta certeza, con relación a la fecha exacta del nacimiento y muerte por martirio de Cecilia. Según los datos que poseemos, su muerte debió ocurrir en las proximidades del año de su conversión al cristianismo, o sea cerca del 230, durante el Pontificado (aún no se utilizaba el apelativo de Papa) del Obispo de Roma Urbano I, ó más probablemente, en el de su sucesor Ponciano I (pontífice desde el 230 hasta el 235), primer pontífice que abdicó al trono pontificio y después de abdicar fue martirizado ese mismo año en Cerdeña.
Luego de establecer la correcta correlación de hechos y personajes históricos involucrados en el Acta de Martirio, podemos afirmar que, hacia los inicios del siglo III gobernaba en Roma el emperador Septiminio Severo (emperador de 193 a 211), quien fue sucedido por su hijoCaracalla (Marco Aurelio Antonino Basiano), cuyo gobierno se prolongó desde 211 hasta 217; le sucedió el cruel, glotón y loco sacerdote-emperador Heliogábalo ó Elagábalo, llamado Sexto Vario Avito Basiano, quien a la muerte de Caracalla fue proclamado emperador por las tropas romanas establecidas en Siria, y gobernó desde 218 hasta 222.
Desde 222 hasta 235, época referida cuando ocurrió el martirio de Santa Cecilia, gobernaba en Roma el primo y sucesor de Heliogábalo, Severo Alejandro (Marco Aurelio). Fue sucedido por Maximino I, quien gobernó desde 235 hasta 238.
Estos emperadores habían continuado y convertido en tradicional, la política establecida por la legislación de Septiminio Severo, quien impuso el culto único y obligatorio para todos los habitantes del Imperio e impuso un férreo control al Cristianismo, para tratar de rescatar el, cada vez más decadente y deteriorado, viejo Culto Politeísta Imperial y hacer acatar la personalidad yautoridad divina del emperador.
Pero, desde finales del siglo II y a medida que se acentuaba el proceso de deterioro y división del Imperio, por su mismo crecimiento desmesurado; los emperadores, que veían crecer al cristianismo, el cual atraía cada vez mayores contingentes de mujeres, niños, esclavos, ciudadanos y patricios romanos y, por otra parte, veían desvanecerse el culto imperial, elaboraron legislaciones anticristianas para todo el territorio del imperio. Septiminio Severo, se mostró pues, decididamente cruel frente a los cristianos; prohibió el proselitismo judío y cristiano, e incluso ordenó martirizar a las damas patricias romanas Felicidad, junto a sus siete hijos; y a Perpetua en el 203.
Los emperadores que le sucedieron Caracalla, Heliogábalo, Severo Alejandro y Maximino I, como dijimos, mantuvieron actitudes hostiles y persecutorias frente al cristianismo y trataron de debilitar a la nueva religión, haciendo morir a varios de sus líderes y a muchos de sus miembros y seguidores, entre ellos a Cecilia, Valeriano su esposo, y el hermano de éste, llamado Tiburciomiembros de distinguidas y privilegiadas familias de la sociedad romana, que al igual que muchos otros, convertidos al cristianismo, se dedicaron a la práctica de la caridad y las buenas obras, tales como...dar sepultura a los cadáveres de cristianos que encontraban en los caminos a las afueras de Roma, hecho por el cual fueron arrestados, ya que contrariaba una prohibición dada por elPrefecto de Roma, Almaquio.
Valeriano, Tiburcio su hermano, y un criado de ellos llamado Máximo, fueron llevados ante el Prefecto, éste cumpliendo las órdenes del emperador, les pidió que declararan que rendían culto a Júpiter y a los dioses imperiales. Ellos se negaron y afirmaron que adoraban al Dios único y a su Hijo Jesucristo. Entonces fueron ferozmente azotados y luego les dieron muerte. La ejecución se llevó a cabo en un sitio llamado Pagus Triopius, a seis kilómetros de Roma.
El Prefecto, no conforme aún, hace comparecer ante él a Cecilia, la esposa de Valeriano, y le pide cuentas de todos los bienes de su marido y de su cuñado. Cecilia le responde que los han distribuido entre los pobres. Según la misma Acta del Martirio; Cecilia es arrestada por propagar la fe cristiana y se le exige que renuncie a la religión de Cristo. Ella declara que prefiere la muerte antes de renegar de su religión; entonces se le condena a ser llevada junto al horno caliente de su baño termal romano para tratar de sofocarla y ahogarla con los terribles gases y emanaciones que salían de allí, pero en vez de afixiarse ella, señala el Acta, mientras atizaban el fuego, Ceciliacantaba gozosa al Señor (posiblemente entonaba los salmos e himnos de alabanza a Dios como era uso y costumbre de los primitivos cristianos del siglo III). Visto que con este tormento no pudieron hacerla renegar de su fe, el Prefecto Almaquio ordenó que fuera decapitada en el sitio.
La santa, antes de morir y valiéndose de los oficios de un criado de confianza, hizo comunicar al obispo Urbano sus pedidos para que repartieran sus bienes entre los pobres y convirtieran su casa en un Templo para orar, y así por disposición de San Urbano I, luego del martirio ocurrido en ese mismo año 230, se consagró la casa de la Santa en lo que luego fue laIglesia de Trastevere donde ahora reposan sus restos (¿?).
El culto a Santa Cecilia se hizo tradicional desde el siglo V, y se inició justamente, en la primitiva iglesia que se construyó en el terreno ocupado por la casa de la Santa, a pesar de que sus restos, junto con los de su marido San Valeriano, habían sido trasladados y enterrados en lasCatacumbas de San Calixto, fuera de los muros de Roma, ya que por razones de higiene pública los muertos no podían ser enterrados dentro de la ciudad.
Mucho más tarde, en el siglo IX, más exactamente en el 820, el Papa Pascual I(pontificado:817-824 y quien trabajó en el descubrimiento de las Catacumbas trasladando más de 2300 cuerpos), hizo exhumar los restos del matrimonio; trasladó las presuntas reliquias de Santa Cecilia junto con las de los santos Valeriano, Tiburcio y Máximo, y ordenó que los enterraran en la antigua casa de Cecilia y Valeriano; reconstruyó allí la vieja Iglesia de Sta Cecilia in Trastevere y estableció en ella a una Comunidad de Monjes Cecilianos que celebran diariamente elOfficium cantado. La cripta funeraria descansa sobre los antiguos baños de vapor donde la santa sufrió las primeras torturas y todavía se aprecian en ella y sobre los muros, las ducterías que suministran el agua caliente.
En el siglo XVI, en el año 1584, durante el papado de Gregorio XIII (1572-1585), quien por cierto, fue el Papa que cambió el Calendario Mundial Occidental, pasando del 4 de octubre de 1582 al 15 del mismo mes; fue cuando se designó a Santa Cecilia, Patrona de la Música y de los Músicos de la Academia Musical de Roma. Desde esa fecha, las diversas Capillas Catedralicias, Scholas, Corales, orquestas, bandas y cantantes de muchos países, celebran su fiesta fijada en el Santoral, como el día 22 de noviembre. El hecho más probable para que se le relacione con la música es, porque desde muy joven y de acuerdo con las costumbres y tradiciones de las familias patricias romanas, Cecilia debió iniciarse y tocar algún instrumento musical, probablemente la lira, la cítara o algún tipo de arpa de las utilizadas por las damas de la sociedad romana.
En 1585, el Papa Sisto V (Felice Peretti, Papa de 1585 a 1590), publica la bula Rationi congruit, la cual marca el nacimiento de la Congregación de Santa Cecilia y San Gregorio, protectores de la Música y los Músicos y se le asigna como primera sede, el Panteón. Aunque en sus inicios esta Congregación tiene un carácter asistencial y social, también cuenta con una Agrupación Musical de 19, entre los cuales figura Giovanni Pierluigi da Palestrina.
En 1599, bajo el pontificado del florentino Papa Clemente VIII (Ippolito Aldobrandini, 1592-1605), el cardenal Sfondrati hizo restaurar de nuevo, la ya deteriorada Iglesia de Trastevere y dispuso exhumar y volver a enterrar en el sitio, las reliquias de los cuatro mártires: Cecilia,Valeriano, Tiburcio y Máximo. Según se dice: el cuerpo de Santa Cecilia estaba incorrupto y entero, por más que el Papa Pascual I habría separado la cabeza del cuerpo, ya que entre los años 847 y 855, la cabeza de Santa Cecilia formaba parte de las reliquias de los Cuatro Santos Coronados.
Fue en esta ocasión, es decir a finales del siglo XVI, cuando se permitió al escultorStefano Maderno (1566-1636), ver el cuerpo exhumado de la Santa, y éste esculpió la famosa estatua en mármol tamaño natural, muy real, conmovedora y hermosa, una de las obras claves para entender la escultura del Barroco ...No estaba de espaldas como un cadáver en la tumba, dijo más tarde el artista, sino recostada del lado derecho, como si estuviese en la cama con las piernas un poco encogidas, en la actitud de una persona que duerme...
Esta estatua se halla actualmente, en la nueva Iglesia de Santa Cecilia, bajo el altar próximo al sitio en el que se había sepultado nuevamente el cuerpo en un féretro de plata. Sobre el pedestal de la estatua colocó el escultor la siguiente inscripción:
...He aquí a Cecilia, virgen, a quien yo vi incorrupta en el sepulcro. Esculpí para vosotros, en mármol, esta imagen de la Santa en la postura en que la vi.
El investigador De Rossi, determinó el sitio en que la Santa había estado originalmente sepultada en las Catacumbas de San Calixto, y se colocó en el nicho una réplica de la estatua de Maderno. Sin embargo, varios autores e investigadores especialistas, entre ellos, el PadreHippolyte Delehaye s.j. (1859-1941), en su obra Los orígenes del culto a los mártires (1912), opinan que los restos de los mártires estaban en el Cementerio de Pretexto y que no existen pruebas suficientes de que, en 1599, se haya encontrado el cuerpo de la santa, en la forma en que lo esculpió Maderno.
En efecto, tanto Delehaye como Dom Quentin, abundan en detalles al respecto y subrayan las contradicciones que hay en los relatos del mencionado descubrimiento, y que nos dejaron Baronio y Bosio, contemporáneos de los hechos. Por otra parte, en el período inmediatamente posterior a las persecuciones no se hace mención de ninguna mártir romana llamada Cæcilia.
Su nombre tampoco figura en los escritos que al respecto dejó el pontífice San Dámaso I(pontificado 366-384), ni en los Poemas de Prudencio (348-¿415?), uno de los primeros líricos cristianos; Por su parte, los escritos de San Jerónimo (¿347-420) y de San Ambrosio (340-397), no hacen referencia alguna con respecto a Cæcilia; ni se le menciona en la Depositio Martyrum del siglo IV.
Con el paso de los siglos, se han ido revisando minuciosamente los viejos manuscritos deActas de Martirio y Vidas de Santos y se copiaron en latín sencillo para que pudieran ser leídos por los monjes y fieles no tan versados en el manejo de las lenguas cultas.
El texto del Acta dice: Candéntibus órganis Cæcilia Dómino decantábat dicens... o lo que es igual: Mientras estaba el horno al rojo vivo, Cecilia cantaba al Señor diciendo... El copista de la época en que se realizó la trascripción debió traducir la palabra Órgano –que para la época de Cecilia, siglo III, significaba: especie de fuelle, herramienta o utensilio para hacer insuflar algo-, por el neologismo que nombra al instrumento musical actual que derivó del Hydraulis utilizado por los romanos para animar incluso, las festividades del circo romano. Por otra parte, vemos que no hay referencias especiales concretas al arte musical, excepto el hecho de cantar, que podemos asumirlo como el entonar salmos, himnos o cánticos cristianos, hecho frecuente y actitud repetida por los primitivos mártires cuando eran sometidos a tormentos.
Pasaron varios siglos y los pergaminos ya bastante deteriorados no permitían una lectura totalmente, clara, siendo retirados del uso público. Tras una nueva revisión, se ha podido comprobar que una errada versión del viejo manuscrito, cambió la difícil traducción, pues las letras emborronadas lo hacían casi ilegible. Y a partir de allí, se originó la sustitución de palabras que originaron la confusión con respecto a la supuesta actividad musical desempeñada por Cecilia. Donde originalmente, se leía: candéntibus órganis, el copista leyó y escribió: cantántibus órganis; lo cual se prestó para la traducción de la palabra órganis, como equivalente al nombre del instrumento musical conocido por nosotros. Todo esto hizo que la frase del Acta quedará traducida así: Cantántibus órganis, Cæcilia Dómino decantábat dicens: Fíat cor méum immaculátum, ut non confúndar... como podemos leer en el texto de las Vísperas del Officiumcorrespondiente a la festividad del 22 de noviembre (Cfr. Liber Usualis, p.1756); o sea, Mientras tocaba el órgano, Cecilia cantaba al Señor diciendo...
Y aquí, ya si se logra producir una referencia musical concreta. En efecto, esta noticia fue la causante de que la multitud de peregrinos que compraban vidas de santos empezaran a asociar a Santa Cecilia con el arte musical, creándose paulatinamente, una tradición en torno a ella, hasta que, hacia el siglo XVI, fue proclamada definitivamente en 1584, Patrona de la Música y los Músicospor el Papa Gregorio XIII.
A partir de entonces, la connotación de Santa Cecilia como patrona de la música continuó difundiéndose y creciendo. Se le representó tocando el órgano, o junto a él, en numerosas pinturas tales como las de Rafael Sanzio (1483-1520), Pierre Paul Rubens (1577-1640) y Nicolás Poussin(1594-1665). Posteriormente, muchos artistas la representaron tocando piano, algo insólito y apartado de toda verdad histórica ya que dicho instrumento fue inventado en los inicios del siglo XVIII. Otros, incluso la presentan tocando una viola contrabajo, u órganos de características más modernas...
Un breve emitido en 1624 por el Papa Urbano VIII (el mismo Papa que condenó a Galileo, Maffeo Barberini, 1623-1644), confirmó las facultades otorgadas a la Congregazione Ceciliana para controlar toda la producción musical que se imprimía y publicaba en Roma y de vigilar y supervisar la enseñanza de las Escuelas de Música. Estos privilegios le fueron revocados dos años más tarde, cuando surgió la rivalidad con los cantores de la Capella Giulia. Sin embargo, la tradición derivada de los hechos reseñados llegó también, a ser celebrada tanto en la música como en la poesía en los Cecilian Festivals ingleses, en los cuales contribuyeron figuras del prestigio de los poetas John Dryden (1631-1700) y Alexander Pope (1688-1744), así como los famosos compositores Henry Purcell (1658-1695) y Georg Friedrich Händel (1685-1759). Hacia finales del siglo XIX, se pudo observar también, la acción eficaz del Movimiento Ceciliano Alemán para la reforma de la música litúrgica, la cual culminó y se concretó en el Motu Propriode 1903 promulgado por el Papa San Pío X (Giuseppe Melchiorre Sarto, 1903-1914) que, entre otras cosas, reformó la música litúrgica e impuso de nuevo, el canto gregoriano.
A partir de Constantino
La situación de los cristianos en el imperio romano cambia sustancialmente, a partir del306, cuando Constantino I (¿280-337), el hijo de Constancio Cloro que había sido proclamadoAugusto por la legiones a la muerte de su padre, y quien se había casado con una cristiana y protectora de los cristianos (Santa Elena); con el apoyo de su padre, se apodera progresivamente de las diferentes porciones en las cuales el emperador Diocleciano había dividido el imperio; y a partir del año 313 (con el Edicto de Milán del Emperador Constantino) la Nueva Religión podrá ser libremente adoptada por el pueblo.
En efecto, el tradicionalmente llamado
Edicto, que no es otra cosa que una
Carta de
Constantino y su cuñado
Licinio al Gobernador de Bitinia, señala expresamente, entre otras consideraciones:
...Yo, Constantino Augusto, así como yo, Licinio Augusto, reunidos felizmente en Milán para discutir de todos los problemas relativos a la seguridad y al bien público, hemos juzgado que debíamos ante todo regular, entre otras disposiciones destinadas a asegurar, según nuestro juicio, el bien de la mayoría, aquellas en las que reposa el respeto a la divinidad, o sea, dar a los cristianos como a todos la libertad y la posibilidad de seguir la religión que han elegido, para que todo cuanto hay de divino en la celestial morada pueda ser benévolo y propicio a nosotros mismos y a todos cuantos se hallan bajo nuestra autoridad...
La tolerancia de la religión cristiana por parte del imperio, permitió también, que Jerusalénse convirtiera a partir del siglo IV, en Ciudad Cristiana y lugar de Peregrinaciones, la primera de ellas promovida, organizada y realizada por la madre del emperador Constantino I, Santa Elena(c.247-327), quien se trasladó a Jerusalén, con obreros que su hijo le proporcionó y ordenó realizar excavaciones en el Monte Calvario para encontrar la Cruz en la cual había sido crucificadoJesucristo. Luego hicieron dividir esta cruz en tres partes: una la dejaron en Jerusalén, la otra la enviaron a Constantinopla y la tercera al Sumo Pontífice en Roma. En Tierra Santa hizo construir tres templos: uno en el Calvario, otro en el Monte de los Olivos y el tercero en la Cueva de Belén.
Constantino se esforzó por cambiar y reforzar la teoría y la práctica del ejercicio del poder imperial; como señala H.I. Marrou: ...los emperadores del Alto Imperio podían creerse dios, lo que sólo les servía para ponerse al nivel de los diosecillos del panteón politeísta... ...Los del Bajo Imperio, siendo hombres, reflejarán la majestad temible del Dios de Abraham...
Para los cristianos, a partir de ese momento el Reino de Dios ha bajado a la tierra y el Emperador será visto por ellos como
el nuevo Moisés o el nuevo David.
Los cambios son aún más sensibles, hacia el 315, de hecho, en el reverso de lasMonedas del Imperio aparecerán los Signos Cristianos (Monograma de Cristo), la Moneda será uninstrumento de propaganda religiosa dentro del Imperio.
Además, y siguiendo la antigua tradición romana, el Emperador no puede desinteresarse de los asuntos religiosos, sobre todo cuando ponen en peligro el orden debido en el interior del Imperio. Se establece así, un nexo muy fuerte entre el poder temporal y el poder espiritual. En este tiempo Constantino I reina en Occidente y su cuñado Valerio Licinio (c.250-325; se alió con Constantino en 312, con cuya hermana Constancia se casó) en Oriente, este último empieza a hostigar y castigar a los cristianos. Constantino marcha contra él, lo derrota en Crisópolis, luego lo somete a juicio, lo ejecutan y finalmente, se queda como único emperador en el año 324.
Se puede considerar este año 324, como el verdadero comienzo del Imperio Cristiano.
Los cristianos aceptan entonces el Carácter Sagrado del Emperador, a quien considerarán como el Jefe Temporal
o
Guía del Pueblo Cristiano. Bajo este título y conjuntamente con el Pontífice, tanto
Constantino I, y un poco más tarde
Teodosio I, convocarán los
Concilios(Iglesia Constantiniana) de
Nicea (325) y el oriental de
Constantinopla (381), respectivamente.
Sin embargo, la religión tradicional todavía estaba fuertemente, arraigada en los dos extremos de la escala social. Los Senadores e intelectuales romanos seguían apegados a la tradición cultural y política con su dimensión religiosa y por otra parte, el habitante del campo(Paganus) y muchos sectores populares, seguían practicando las ceremonias, danzas, cantos y costumbres mágico-rituales que aseguraban el éxito de las cosechas y vendimias, la fecundidad de los campos y del ganado. Hacia finales del siglo IV, la estructura del Imperio Romano se comienza a tambalear para más adelante, derrumbarse, como lo hemos señalado anteriormente.
Luego de Constantino, Juliano (331-363) llamado El Apóstata, sobrino de Constantino y sucesor de Constancio II; recibió educación cristiana pero sin embargo, con un Edicto de Tolerancia intentó la restauración del viejo Culto Imperial. Los cristianos por supuesto, se negaron a aceptarlo, una vez más fueron perseguidos y finalmente, antes de emprender la campaña contra la dinastía persa de los sasánidas en la que luego de ser herido, encontró la muerte, Juliano se retractó y produjo la amnistía general de los cristianos (¡Vicisti, galilæe!).
En el año 380, el Emperador TEODOSIO I, El Grande (378-395), trata nuevamente de unificar el Imperio, y para ello, con el Edicto de Tesalónica, proclama al Cristianismo Religión Oficial del Estado (Iglesia Teodosiana). Los herejes y los paganos son perseguidos, demolidos sus templos y dejan de celebrarse las Fiestas Paganas.
Más adelante, entre 392 y 393, se prohibieron las manifestaciones públicas de los viejos cultos imperiales y los Juegos Olímpicos.
Sin embargo, muchas costumbres y usos tradicionales del viejo imperio romano, tales como los combates de gladiadores en los Circos, se mantuvieron hasta entrado el siglo V, cuando a la muerte de Teodosio I, Alarico I (382-410), rey de los visigodos saqueó Roma, raptando aPlacidia, hermana del emperador Honorio Flavio (384-423), hijo de Teodosio que había recibido de su padre el imperio de occidente.
A partir de entonces los visigodos se establecieron en Aquitania (ciudad ubicada en la cuenca del Garona) hasta ser derrotados por los francos de Clodoveo I en la batalla de Vouillé(507), y el Imperio Romano de Occidente quedó debilitado y en progresiva decadencia hasta su definitiva caída en manos de los hérulos de Odoacro en 476. Cuando se produce el derrumbamiento del Imperio Romano de occidente, muchas de sus tradiciones, usos y costumbres artísticas y musicales desaparecieron. No obstante, la tradición musical desarrollada y conservada por la Iglesia cristiana se mantuvo vigente y creciente gracias a la acción de los numerosos monasterios y comunidades religiosas que se encargaron de preservarla, desarrollarla y difundirla. Pero también, en las calles y tabernas de las poblaciones los iocularores o juglares continuaban divirtiendo a la antigua usanza a la gente común con sus cantos tradicionales, danzas populares, acrobacias y malabarismos.
Cfr. Cornelio Tácito, Anales; Ammiano Marcelino, Historia.
H.I.Marrou, ¿Decadencia romana o Antigüedad tardía? Siglos III-IV, Madrid 1980.